jueves, 16 de octubre de 2008

Los Capataces de Europa.


Somos los campeones de Europa, y bien que lo demostramos en Bélgica. El Rey Balduino de Bruselas comprobó cómo se las gasta el mandamás del Viejo Continente. No importaron las adversidades, siempre superadas a base de fútbol, y del bueno. España siguió con sus maravillosos planes y acabó llevándose un señor partido. Los belgas, una selección con hambre y talento que dará que hablar próximamente, sufrió la osadía y la dominación de La Roja.

Aquí está España. Nos temen, nos respetan y nos sufren. La reina del continente completó una nueva demostración después de superar todo tipo de obstáculos y ponerle la rúbrica a un partido intenso, a una batalla de las importantes. Empezamos perdiendo, se lesionó Torres, ese niño que se consagró hace tres años en el mismo escenario... y surgió Iniesta.España recibió el primer golpe muy pronto, lo que sustentó el trabajo casi perfecto de una selección belga que se sabía la lección de memoria. El problema es que su enemigo se salta el guión. Los de Del Bosque tuvieron problemas en el centro del campo, no encontraron huecos y hasta tuvieron que cambiar de planes; pero, dio igual.
Un pequeño gigante...La lesión de Torres dejó a Villa como única referencia en punta de ataque, con Cesc por detrás del asturiano. Las contras de los de Vandereycken nos pusieron en un aprieto por momentos, pero se elevó un pequeño gigante, nacido en Albacete y afincado en Barcelona.Iniesta se marcó una obra de arte cuando más lo necesitábamos. El '6' recibió un pase de Cesc dentro del área e inició una jugada celestial que acabó en las redes enemigas. Se marchó por velocidad de su marcador, sentó a Stijnen y empató el partido escorado. El gol de Andrés originó el comienzo de las operaciones comandadas por el señor Fábregas. El portero rival sacó una mano prodigiosa a remate de Villa al final de la primera mitad. España se había enchufado. Tras el paso por vestuarios, el cuero se hartó de ver las botas de los campeonísimos. El estilo, prodigioso, nos lleva y nos lanza hasta cualquier límite.

España nunca se descompuso y peleó de poder a poder con una selección belga directa. La Roja siguió a lo suyo. Embelesa, crea y, con paciencia, dispara. Puyol salvó más de un desaguisado cuando no teníamos nuestro bien más preciado, el balón. Así de fácil y así de prodigioso a la hora de llevarlo de un lado a otro. Del Bosque metió a Xabi Alonso por Cazorla para añadir un nuevo fundamento al centro del campo y, cerca del final, añadió a Güiza al tablero. España siempre quiso ganar, Bélgica dio por bueno el empate y el fútbol se alió con el que mejor lo abraza. Un servicio de Güiza al segundo palo fue finalizado por Villa en el segundo palo. El asturiano no estaba haciendo su mejor partido, pero, dio igual. Tiene algo por lo que otros suspiran. España aseguró una nueva victoria, ya son 27 consecutivas, y encarrila el billete mundialista sin apariencia de soltarlo. El último partido oficial de La Roja en este 2008 cierra el mejor año de nuestra historia.

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