Recupera parte de su esencia el Almería al son de Hugo Sánchez. Huele a su estilo. Su sello se personifica en la figura de dos hombres. Uno es Iriney. Casi ni jugó en un año en Almería. Con el mexicano lleva el timón. El brasileño se soltó un poco más si cabe ayer. Se sacó un derechazo que sólo el travesaño pudo desviar. El rechace fue a la cabeza de Juanma Ortiz, que no perdonó. El otro resucitado de Hugo se llama Kalu Uche. El nigeriano con Arconada apenas jugaba. Cuando lo hacía, era enfundado en un extraño y estrecho traje de mediocentro. Ahora juega libre, desenjaulado, tras la espalda infinita de Negredo. A Uche se le ve vivo, útil, atento. Negredo voló para hacer una chilena que pegó en la muralla bilbaína. Como un imán, el balón fue al nigeriano. Tiro con la zurda y cuarto gol consecutivo en Liga. Uche se fue como un poseso a abrazar a Hugo...
Hugo lleva ocho puntos en cuatro partidos. Invicto en Liga. Su víctima fue el mini Athletic de Caparrós. El utrerano sacó a los reservas porque sólo tiene ojos para la Copa, de obligado cumplimiento en Bilbao. Mucha gente joven, en un once de circunstancias. Por partes. A las rotaciones, hubo que sumar una desgraciada gastroenteritis de Amorebieta. Eso obligó a Caparrós a enrocarse con Etxeita en el centro de la zaga, Koi de lateral izquierdo y Balenziaga (zurdo cerrado), como improvisado sustituto de Iraola, que andaba en casa viendo el choque por la tele. Como Vélez y Llorente. De todos los cachorros, un triunfador. Del Olmo, sorprendente titular, se estrenaba en un once inicial y fue de lo mejor.
El joven Del Olmo recibió un balón que fue un tesoro prolongado por la cabeza de Toquero, el nueve de guardia. Se plantó veloz ante Alves y definió con calidad. Dejó detalles interesantes. Creó peligro e incordió. Y los leones se crecieron. Antes de ese gol, ya se apreció un cambio en la intensidad del equipo. Algo debió pedirles Caparrós en la caseta. Conociéndole, seguro que testosterona.
Hugo lleva ocho puntos en cuatro partidos. Invicto en Liga. Su víctima fue el mini Athletic de Caparrós. El utrerano sacó a los reservas porque sólo tiene ojos para la Copa, de obligado cumplimiento en Bilbao. Mucha gente joven, en un once de circunstancias. Por partes. A las rotaciones, hubo que sumar una desgraciada gastroenteritis de Amorebieta. Eso obligó a Caparrós a enrocarse con Etxeita en el centro de la zaga, Koi de lateral izquierdo y Balenziaga (zurdo cerrado), como improvisado sustituto de Iraola, que andaba en casa viendo el choque por la tele. Como Vélez y Llorente. De todos los cachorros, un triunfador. Del Olmo, sorprendente titular, se estrenaba en un once inicial y fue de lo mejor.
El joven Del Olmo recibió un balón que fue un tesoro prolongado por la cabeza de Toquero, el nueve de guardia. Se plantó veloz ante Alves y definió con calidad. Dejó detalles interesantes. Creó peligro e incordió. Y los leones se crecieron. Antes de ese gol, ya se apreció un cambio en la intensidad del equipo. Algo debió pedirles Caparrós en la caseta. Conociéndole, seguro que testosterona.
El Almeria pudo matar el partido en dos ocasiones clamorosas de Juanma Ortiz, que de nuevo ayer se dejó la piel en el campo, pero no fué así y toco sufrir aunque no mucho.
Importante victoria de nuestro equipo que ahora juega dos partidos fuera de casa, de los cuales sería importante conseguir algo positivo.
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