Con esa frase terminaba ayer el retranqueo del paso de palio de Nuestra Señora de La Merced.
Un retranqueo en el que hubo cuatro o cinco "levantas" al cielo un par de ellas suaves o pulsos aliviaos y en el cual se estuvo andando un poco por el interior de la Catedral.
Fué una buena prueba de fuego para los que no habían cargado nunca bajo el paso ya montado, pudiendo comprobar estos que el paso "cae", pero su ilusión puede más que los kilos.
Seguidamente en el patio interior de la catedral tuvo lugar nuestra pequeña fiesta de despedida de los ensayos, todo tipo de viandas para que la gente comiera y bebiera todo lo que quisiera, así tambien se hace hermandad.
Pasamos un buen rato juntos y disfrutamos de la compañia de nuestro hermano mayor y algunos directivos de la junta.
Ya todo está listo para el MIERCOLES SANTO.
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4 comentarios:
Mi Luís Pardo siempre se supera con la comida a sus costaleros y nosotros que no lo somos pero si muy allegados al Palio Mercedario.
Mucha suerte el Miércoles Santo, que nuestra Reina se merece lo mejor.
Un saludo
Hola ayer te vi pero me dió un poco de corte saludarte, espero que visites mucho mi blog y que lo añades de enlace en eltuyo un saludo.
Vivan los pasos que pesan!
Juanfra, saludame la próxima vez que me veas que yo para las caras soy muuu mala :D
Un Saludo
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